El
GATO MICIPUCHI
En una
lúgubre biblioteca todos los días desaparecía un libro. La vieja y solitaria bibliotecaria,
no sabía qué era, lo que estaba pasando. En los cincuenta años que lleva al
cargo de ella, nunca le había pasado nada parecido. Claro que antes eran otros
tiempos. Tiempos en los que las salas estaban llenas de gente, de niños
haciendo los deberes, niños corriendo por los pasillos y multitud de gente que
iba a sacar libros, a leer allí, a consultar. En la biblioteca trabajaban además de Berta
otras tres personas más. Poco a poco la gente dejó de venir y los otros
compañeros dejaron de trabajar. Sólo Berta seguía impertérrita yendo todos los días a la biblioteca, últimamente se
apoyaba en un bastón.
Pero
lo verdaderamente raro y que la traía de cabeza eran las desapariciones de los
libros. Alguna vez había tenido algún ratón que le mordisqueaba alguno, más
esta vez se había fijado y no había ni rastro de roeduras.
Un día hablando con la anciana de la casa de al lado le ofreció que se
llevase al gato. Berta recogió al gato de casa de su vecina y lo metió en una
cesta, que tapó con un mantón, y se lo llevó con ella camino de la biblioteca.
El
gato una vez libre olisqueó el suelo y pronto descubrió un hueco por el que
podía entrar un ratón.
Se
tumbo cerca del hueco y se quedó mirando fijamente para él. Berta que ya no
tenía mucha agudeza de vista no se percató del hueco y llamando vago al gato lo
obligó a que inspeccionara las salas en busca de ratones. El gato llamado
Micipuchi, olisqueó todas las salas sin
encontrar más rastro de los ratones. Como el gato era muy viejo y duro de oído,
además de algo olvidadizo pronto se olvido de donde había encontrado el hueco
que le olía a ratón.
Berta
le preparo un gran cuenco de leche con galletas que enseguida engullo y no tardo en dormirse plácidamente.
La bibliotecaria viendo que el gato estaba
dormido y mirando por la ventana vio que
el día ya estaba acabando, por lo que
recogió su abrigo, su bufanda y sus guantes de lana y se marcho a su
casa.
Al día
siguiente comprobó como el gato aun seguía durmiendo plácidamente en el mismo
sitió, que lo había dejado el día
anterior. Al revisar las salas cual no
sería su sorpresa que esta vez faltaba el libro del Quijote. No se lo podía
creer esta vez el libro era de un tamaño considerable, además de ser una joya, pues era de una primera edición. Había sido un regalo de
uno de los benefactores, de antes de que
ella llegase a trabajar, en la
biblioteca. Berta se llevó un gran
disgusto, ella había cuidado esa joya con gran esmero, le quitaba el polvo y le
proporcionaba un insecticida especial para que no acabasen con él los insectos.
Y ahora había desaparecido misteriosamente.
Pensó en el
gordo gato. L o buscó y lo encontró durmiendo donde lo había dejado
el día anterior. Le propino una patada
que el pobre felino no pudo evitar. El
gato desapareció en una decima de segundo, de junto a la malhumorada Berta.
Ésta, una vez recapacitó, pensó que se había dejado llevar por la ira y
el pobre gato, no era merecedor de semejante trato, por parte de ella. Buscó al pobre Micipuchi, éste pensando en que le esperaba otro sonoro
puntapié, puso los pies en Polvorosa.
Berta más calmada y con sumo tiento le preparo un abundante tazón de leche con
galletas, que le fue acercando al animal
con mucha precaución, hasta que le gato más confiado se acercó a beberla.
Berta
le hablo con mucho cuidado y le explicó
lo acontecido la noche anterior.
Le habló de lo preocupada que estaba por
la desaparición del valioso libro. En un momento determinado Berta acarició el
lomo del gato. Éste tenía un suave pelo negro con una mancha blanca debajo de la
barriga, lo que le daba una bonita apariencia. Berta recogió al animal y se
sentó en una mecedora que tenía en medio
de una sala, donde pasaba las largas y
aburridas horas a la espera de los pocos
usuarios, que de vez en cuando
llegaban a la biblioteca, en busca de
algún libro. El felino poco a poco se relajó
encima del regazo de Berta y a
punto estuvo de dormirse. Fue cuando
Berta tal vez a causa de la soledad que
tenía o que a nadie tenía, para contarle sus cosas, comenzó a contarle
todos los avatares de su vida al felino, que escuchaba con gran atención, la soledad de la pobre mujer.
El
gato que además de viejo, era un gato
muy sabio y con un don muy especial, la dejaba que recordase toda su vida.
Cuando acabó el relato de su vida ya estaba
oscureciendo, por lo que recogió su capa, sus guantes y se volvió a marchar,
eso sí, pidiéndole al gato, que esta vez
vigilase bien y no se durmiese.
Micipuchi se hizo el propósito de vigilar las
salas a conciencia. A eso de las doce de
la noche cuando ya comenzaba el gato a dar cabezadas y pensar que no iba a
descubrir nada anormal, vio como asomaba un pequeño ratón del hueco que había
descubierto el primer día y que había olvidado. El ratón al ver al gato de
guardia, sólo sacó la cabeza y viendo que el peligro era demasiado se volvió a
meter en el agujero.
Micipuchi se asomo al hueco, pero no podía
entrar por él, estaba demasiado gordo y
el hueco era muy pequeño de unos tres
centímetros de alto por cinco de largo.
Alargo una pata por el hueco, pero con
ella no pudo alcanzar al sabio ratón, que viendo el peligro estaba en lo más
apartado, de su refugió.
El
gato se sentó enfrente de la vivienda
del ratón bloqueándole el paso, allí
pasó toda la noche, hasta que llegó Berta. Esta nada más llegar revisó todas
las salas comprobando emocionada, que
esta noche no había desaparecido ningún libro.
Muy contenta por lo visto le preparó un enorme
tazón de leche con galletas al gato y una vez acabado, lo recogió en su regazo y lo acarició, no
tardando el pobre gato en quedarse dormido.
La
siguiente noche el gato Micipuchi se escondió detrás de una papelera y espero atentamente con el
corazón en un puño la llegada del ratón.
Una
vez el reloj dio las doce. El gato vio asomar
el hocico del ratón, por el hueco por
donde se escondió la noche anterior. El
gato permaneció escondido, sin hacer el más mínimo ruido, casi dejo de respirar.
El
ratón estiro los bigotes y olisqueo el
aire por ver si le traía el olor a gato, como éste estaba algo alejado y
parapetado detrás de la papelera, no detecto su presencia. El ratón salió
de su escondite.
El
gato Micipuchi no dio crédito a lo que veía, una vez fuera de su escondite el
ratón se incorporó y comenzó a andar
sobre las dos patas de atrás. Llevaba unos pantalones de pana, una camisa de
rayas y un chaleco amarillo. En la mano llevaba una linterna y del bolsillo de
su chaleco colgaba una cadena, de la que
seguramente colgaría, un reloj de
bolsillo. El gato pensó en que había
visto alguna vieja fotografía con esa misma estampa, pero de algún humano, no de un ratón.
El
viejo Micipuchi se quedó paralizado, como atolondrado no se podía creer lo que
veía.
El
ratón muy tieso se encaramo por la estantería y ayudándose de la linterna
estuvo buscando un libro. Se notaba de la pericia a la hora de buscar un determinado libro,
pues primero se dirigió a la letra Q
hasta que encontró al autor Francisco de Quevedo. Una vez localizado el
autor busco el libro titulado Historia de la vida del Buscón don Pablos. Lo cogió, con cuidado descendió de la estantería con gran destreza.
Antes
de llegar al suelo ya lo estaba esperando Micipuchi, sentado atusándose los
bigotes.
El
roedor, se sobresalto al encontrarse de sopetón con uno de sus mayores
enemigos. Se puso a temblar de miedo(los
ratones siempre hacen lo mismo ante un gato)
Micipuchi,
como era un viejo gato sabía como asustar a un ratón y llevárselo hacía su terreno,
eran muchos años persiguiéndolos.
El
ratón, una vez pasado el primer susto, se dirigió al gato en estos términos:
-Señor
don gato hágame el favor de dejarme pasar.
-Perdone
usted creo que los años me han dejado un poco sordo, contestó el gato.
-Señor
don gato mire usted llevó mucha prisa y no vamos a comenzar con la anticuada
guerra de antes.
-Se
refiere usted, al lejano tiempo en que los gatos comían a los ratones.
-Sí,
no es eso, lo que pretende con esa
actitud.
-Ja,
ja, ja esta usted de guasa, no pensara usted que yo pretendo comérmelo.
-Sí,
no es esa la intención, no comprendo a qué me bloquea el paso.
-Es
usted un ladrón de libros.
-Yo,
un ladrón, no me haga usted reír.
-¡No,
me lo negara! lleva usted la prueba refutable, de su delito.
-Se,
refiere usted al libro que llevó debajo del brazo.
-A
eso mismo, no osara negarlo.
-No,
por dios evidentemente no puedo negar la presencia del libro.
-Entonces
me dirá usted que pretende.
-Si,
con sumo gusto. Mire usted estoy preservando del paso del tiempo a estas joyas de la literatura española. Usted
sabrá que apenas viene nadie a la biblioteca, la señora Berta es muy mayor y
cualquier día dejara de venir ¿usted cree que alguien ocupara su puesto?
-Visto
desde ese punto de vista creo que le sigo, pero no me ha contestado a la
pregunta.
-¿cuál
será el futuro de estos libros?
- No,
se nunca lo he pensado.
-Pues
yo se lo diré. La biblioteca es viejísima, ya tiene varias goteras que cada año
son más grandes, las ventanas no ajustan, las paredes rezuman humedad ¿cuántos años cree qué aguantara el
edificio?
-Sí,
tiene razón pocos años.
El estado es demasiado deplorable.
-Mi
intención es salvar los mejores libros, para que no se olviden en un futuro.
-¿Y
cómo lo piensa hacer? Robándolos no es la mejor solución.
-Está
usted muy equivocado, mi intención no es
robarlos.
-No
logro comprender ¿qué quiere hacer con ellos?
-Sígame por favor.
El
gato siguió al ratón hasta la entrada del agujero, por donde había visto salir al ratón. Éste sacó una llave, que llevaba en el bolsillo del chaleco y abrió
una puerta oculta, que había justó encima del hueco.
Al
abrirse la puerta el gato Micipuchi se sorprendió de lo encontrado. Era una sala con todos los
adelantos de la tecnología y en el centro de la sala una gran estantería, donde
se encontraban apilados y perfectamente
conservados, una veintena de los libros robados en la biblioteca. Allí estaban Cien años de Soledad, Platero y
yo, La Colmena, El romancero Gitano,
obras de Mario Vargas llosa, Isabel Allende, etc.…
El
ratón le explico que hoy día apenas se valoran las obras editadas en papel,
todo el mundo lee las digitales y nadie se acuerda de su conservación, la
biblioteca cada día está más abandonada y Berta pronto dejara de venir. Él se
ha propuesto salvar todo lo que pueda, para las futuras generaciones.
El
gato se ofreció a ayudarle en su empeño y los dos, todos los días sacaban alguna obra para su
colección.
Pasado
algún tiempo Berta dejo de ir a la biblioteca y pasados unos años. Un buen día hubo un derrumbe quedando todo bajo los escombros.
En su lugar
se proyectó levantar una Ludoteca, para que los niños jugasen, sin tener peligro.
Vino una gran excavadora y limpió el
solar dejándolo libre de escombros. Se levantó un gran complejo, con zona de
juegos, sala de ordenadores y demás tecnología, sala para las mascotas animadas, grandes almacenes.
UN día
hubo un gran terremoto y el edificio construido, con la más alta tecnología, con sistemas anti
seísmo se derrumbo llevando al traste el gran proyecto de ocio. Al ir a valorar
los daños acaecidos descubrieron la magnifica biblioteca lograda y
conservada, por el ratón y Micipuchi.
Ellos dos aún la seguían cuidando era el
año 2328.
2 comentarios:
Hola, buenas noches Marga, ¿cómo se presenta el fin de semana? Espero que genial al igual que tu genial blog, por cierto, feliz año nuevo (con un poco de retraso jajaja).
Tienes una página muy especial e interesante, te felicito por tu gran entrega. Me ha encantado; buen diseño, lenguaje legible, bien organizado y ameno. ¡En fin, qué más puedo decirte! Espero que sigas creciendo y que nunca abandones este espacio tan personal, recuerda que un blog es como un hijo recién nacido, crece y evoluciona con el paso del tiempo hasta convertirse en una persona de éxito y respetable, pero para ello hay que saber cuidarlo todos los días.
Te sigo, así que seguiré visitándote siempre que tenga un tiempo libre para ver las restantes entradas y las nuevas que subas. Te deseo mucha suerte y espero que pronto subas un nuevo post para disfrutar de él.
Si me lo permites, ahora me gustaría invitarte a mis dos blogs:
a) !DIARIO DE UNA CHICA POSITIVA!: página de literatura personal desde un punto de vista optimista y siempre guardando alguna moraleja en mis relatos:
http://insolitadimension.blogspot.com.es/
b) TOMB RAIDER EVOLUTION: espacio dedicado a la franquicia de Lara Croft, todas las noticias actualizadas, las últimas horas:
http://tombraidermania.blogspot.com.es/
Un gran abrazo desde Málaga y gracias por compartir un trocito de ti.
Hola queridérrimo seguidor de TOMBRAIDERMANÍA.
Estoy en tu blog para informarte que ya está disponible la entrada que estabais todos esperando con el ranking de las 15 actrices oficiales que optan al papel de Lara Croft en el reboot de la película de Tomb Raider.
La forma de votar a tu actriz favorita (aquella que crees que encaja en el nuevo perfil de la joven e inexperta arqueóloga) es muy sencilla; tan solo tienes que escribir el nombre de tu elegida (justificar tu respuesta es opcional).
http://tombraidermania.blogspot.com.es/2013/05/casting-tomb-raider-lista-de-actrices.html#comment-form
Muchas gracias por seguir TombRaiderMania. Espero que la web siga siendo de tu agrado y te sirva para encontrar la información que deseas. Asimismo, para cualquier objeción o sugerencia tienes el apartado "Infórmanos" en el menú.
Gracias de nuevo y mucha suerte con tu blog.
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